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Carta abierta,
Palomares de mi infancia,
Nací en una finca en el Bas Quercy cerca del río Le
Dourre al calor de dos departamentos del Tarn et Garonne y del
Lot.
Por supuesto, estas informaciones bastan para saber quien soy.
Entonces, no me extenderé acerca de mi identidad, porque lo sé, todos me han reconocido ya.
Pero quisiera comunicarles hoy todo lo que siento por Ustedes desde
hace tanto tiempo y de lo cual nunca les había hablado.
Hace decenios me vigilan mis idas y vueltas, mis paseos a pie o en
bicicleta y conocen mis itinerarios preferidos de cada fin de semana.
Me esperan allí a la vuelta de un camino y en cuanto me acerque,
ustedes me observan de lo alto. Me miran de arriba abajo con sus
ojasos redondos......
Ahora tengo que confesarles de buenas a primeras....
Me siento pequeña, vulnerable a su lado. Por eso sigo mi camino....con indiferencia piensan ustedes.
De acuerdo, para ser honesta, quepa una onza de verdad en su opinion.
Durante algunos años no le hice caso a sus imponentes siluetas.
¿ Existían realmente para mi ? Siempre han formado parte de mi medioambiente !
A veces, lo admito, los miré sin verlos.
Pero cuantas veces, también los ví sin mirarlos.......
Como no quedarme impresionada con su gracia altiva, sus estaturas de
atletas, la armonía de sus proporciones, la elegancia de sus
trajes, la perfección de sus sombreros...
En primer lugar pienso en ustedes los solitarios, los olvidados, muy arraigados a esta tierra de Quercy.
Modestos, imperturbables, con la orquesta de la naturaleza como
única compañía, ustedes desafían al tiempo
que va pasando.
Sólo su vestido, salpicado por los años, perdió algo de su frescura de antaño.
Me vuelvo hacia ustedes, los discretos, robustos pero coquetones.
Ocultos para preservar su libertad y esta vida que palpita a su alrededor.
Un rayo de sol a través del follaje inunda su blusa de colores dorados.
Caricia del plumón....huella del pasado....
No me olvido de ustedes los elegantes, los nobles.
Erguidos casi en punta de pies, las piernas estiradas, envueltos en su
chaqueta con costuras simétricas, escrutando el horizonte,
listos para defender su estatuto y para salvar su honor.
La furia de nuestro viento, el autan, que sopla sin perder el aliento, sueña con desnudarles.
Pero ustedes sun púdicos.
Y se niegan a arrodillarse porque son "grandes".
Son únicos, palomeros de mi infancia. Tienen clase.
Gracias por permanecer a mi lado, porque hoy no podría concebir la vida sin ustedes.
Conozco bien su fidelidad.
Estén seguros de mi afecto.
Hasta pronto para un nuevo encuentro.
¿ Me extrañan ?
Oh! Yo los quiero..
Agnes
Poema eligido